sábado, 10 de agosto de 2013

¿qué haría yo sin reírme?

para no romper la tradición, tampoco tenía aire acondicionado

   Ayer fui a visitar al consorte al estudio de arquitectura; y para eso, tuve que pasar los 30 minutos más calurosos de toda mi vida. Incluyendo aquí, los meses de junio y julio que he vivido en Granada capital. El calor de esta ciudad es A-G-O-B-I-A-N-T-E con letras mayúsculas y en negrita. Ni un soplo de aire, el sol te tuesta cómo si estuvieras a la brasa. Allá que me dispuse a coger el bus, sólo eran un par de paradas, pero mi desconocimiento de la ciudad, me impedía ir andando. Aquí los actos cotidianos de cualquier ciudad no son normales, para sacar un cutre-ticket de autobús, tienes que buscar una cutre-máquina de la era prehistórica e intuir entre millones de opciones que ticket quieres comprar…desde 0,4 a 0,8 €; cosa que por otro lado, no está mal. Ya con mi ticket en mano, y viendo el autobús 56 que llegó en ese momento, y con la ingenua ilusión de que subirme en él me haría refrescarme con el aire acondicionado, me lancé como una loca a la puerta instantes antes de que se cerrara. Justo al entrar, el chófer (con la camisa abierta cómo Camarón cantando en sus mejores conciertos), me espetó algo desde su sitio mirándome por el espejo retrovisor, creí entender: “Sigñorita….erpoaiulakmkm cñoijaelekaeoikasdifaoñeji”…al principio pensé que no era a mí, pero me dí cuenta de que todo el autobús estaba mirándome, a lo que rápidamente respondí “I don’t speak Slovak”..el conductor se rió (de mí, claro está); y a día de hoy, todavía me pregunto que querría este hombre decirme.


   Cómo ya he comentado, el aire acondicionado es inexistente, y en un edificio la mar de moderno cómo en el que trabaja el consorte, allí estaban, 5 pobres arquitectos con todas las ventanas abiertas y un mísero ventilador, casi en estado de shock térmico.

   Dada esta situación, no tuvimos más remedio que refugiarnos en un centro comercial al fresquito, dónde tomamos café italiano. (qué manía tienen estos eslovacos con los italianos); curioseamos tiendas y así pasamos la tarde.


   Al volver, la emoción nos sobrecogió. Cuándo estás todo el día viendo Skodas, BMW, y Volkswagen con matrícula Kosichera, una E como una casa escrita en la placa de un coche no te hace ser la misma.

   Sí, ahí estaba. 

   Era un Mercedes, de color oscuro, matrícula FBG y con esa E de España tan bonita, ahí puesta con el fondo azul. Todavía se me saltan las lágrimas al recordarlo, un coche español contaminando con su tubito de escape por aquí, por Kosice…a 3000 km de distancia. 

   Hay que ver lo que es la nostalgia.

como me gustaría tener uno de éstos y sentirme Merche la de "Cuéntame como pasó"

1 comentario:

  1. jajajaja
    Me encantan tus publicaciones!
    Seguro que el conductor del autobús te echo un piropo rubiaaaa
    Un beso grande!

    ResponderEliminar