viernes, 15 de noviembre de 2013

Dedicatoria y Cracovia I

Son tantas y tantas cosas las que me suceden a diario en este país, que se me acumulan las ideas y no hay forma de redactar una entrada medio organizada.

Ya estamos a mediados de noviembre, ya llevo más de tres meses y medio fuera de la madre patria... como dirían algunos. Aunque a diario a través del bendito internet, me requeteinformo de cómo van las cosas por allí. A veces me entra la nostalgia, otras alegría, a veces me cabreo enfado, otras tantas me entran ganas de coger un vuelo de esos de Iberia (de los que cuestan 1500 €, sólo ida, Kosice-Madrid) y presentarme en el Consejo de Ministros de turno y empezar a dar bofetadas a diestro y siniestro. Bueno, bueno... que me estoy poniendo agresiva... no, no...

Pero la mayoría de las veces, me entran ganas de llorar, sí. De llorar, porque he pasado 3 años de vida (sin contar los 5 de la carrera), estudiando día a día, hora a hora, todas las instituciones del Estado Español, sus normas y funcionamiento, sus leyes tributarias, administrativas... todo eso que, aparentemente es un entramado para que todo vaya como la seda; y me van a permitir... ¡¡y una puñeta!! Sí, porque la infanta es la infanta y se salva, porque los del Prestige, se han salvado también; porque los ministros son unos embusteros a todas horas del día, porque UGT también tiene caja B, porque TVE es una caca de la vaca, porque los científicos que investigan cosas serias cobran otra caca... y además se tienen que ir del país, para todo eso y mucho más "master Card".
Rynek Główny, plaza del mercado. Una de las 10 más bonitas del mundo
Hace dos semanas estuvimos en Cracovia -Polonia- ciudad bonita dónde las haya. Me encantó. También es verdad que disfrutamos de muy buen tiempo (que no temperatura). Es una ciudad llena de historia, cualquiera que se haya documentado un poquito sobre la II Guerra Mundi
casa en el barrio judío
al podrá entender por qué. Mi día estrella fue en el que visitamos el Kazimierz -barrio judío-. Calles y rincones llenos de encanto, se respira tranquilidad, calma, sencillez. Nos cruzamos con un montón de grupos israelíes con sus respectivas banderas y parándose en cualquier lugar para hacer anotaciones y fotos...


slotis, en Polonia no hay euro
Otra parte que me impresionó fueron las calles del Gueto. Un pequeñísimo barrio, dónde los nazis metieron a todos los judíos de la ciudad para tenerlos controlados. En un lugar - Podgórze- dónde solían vivir 3000 personas, con la llegada de los judíos la cifra aumentó a 15000. Cada apartamento del gueto debía albergar a 4 familias, y los más desafortunados tuvieron que dormir en las calles. Nuestro paseo por el gueto se convirtió en silencio, teníamos el corazón casi parado; hasta que el consorte me dijo, "imagínate, en cada porción de suelo que pisamos ha muerto una persona". A partir de ahí, prácticamente se me terminó de parar el corazón.

fábrica de Schindler

Lo peor, cómo luego leímos en el "Museo de la fábrica de Schindler" fueron los días 13 y 14 de marzo de 1943. Esos días el gueto "se vació" a manos de los nazis: 8.000 judíos considerados en estado de trabajar fueron transportados al campo de concentración de Cracovia-Płaszów. Los considerados incapaces de trabajar (unos 2.000) fueron asesinados en las calles del gueto durante esos días. Los que quedaron se enviaron a morir a Auschwitz.
las sillas representan los objetos que los judíos se dejaban al salir del gueto

Recomiendo a todo el que quiera visitar Cracovia, que no deje de ir al Museo de la fábrica de Schindler. Seguro que muchos de vosotros habéis visto la película. Un recorrido por la historia de la ciudad.
Esto sólo ha sido un pequeño aperitivo de esta preciosa ciudad; próximamente escribiré Cracovia II

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